domingo, 14 de octubre de 2012

#25

Reflexión ESDLM

     Sobre las presentaciones de El señor de las moscas, de W.Golding, hemos podido averiguar y llegar a la conclusión de distintas partes que pueden conformar esta obra. De lo primero que llegamos a la conclusión fue de que hay una gran influencia en la obra sobre una cita de David Hume, un empirista inglés, en la que dice que:

"El hombre es un lobo para el hombre"
   
     Eso quiere decir que, cómo se ve muy bien reflejado en la obra, la verdadera fiera que hay en la isla son los niños que empiezan a dejar relucir su instinto más profundo, su mal inherente. Vemos como intentan cosificarla al pretender que el paracaidísta sea esa bestia, incluso la cabeza de cerdo. También, gracias a esa cabeza, vemos como Simon acaba averiguando la verdad, pues es la misma cabeza que le dice, en un momento de lucidez o locura extrema, que ellos mismos son las bestias que temen. La cabeza de cerdo también podemos relacionarla con el mito de la Gorgona: Medusa era la única mortal de las tres gorgonas, lo que le permitió a Perseo cortarle la cabeza y entregársela así a Atenea, para que la colocase en su escudo y convertir a la gente en piedra ante la mirada de Medusa. 

     Se ven de una manera muy clara las ideas de Sigmund Froid sobre los institnos que gobiernan al hombre. Freud no inventó exactamente el concepto de mente consciente versus mente inconsciente, pero desde luego lo hizo popular. La mente consciente es todo aquello de lo que nos damos cuenta en un momento particular: las percepciones presentes, memorias, pensamientos, fantasías y sentimientos. Cuando trabajamos muy centrados en estos apartados es lo que Freud llamó preconsciente, algo que hoy llamaríamos “memoria disponible”: se refiere a todo aquello que somos capaces de recordar; aquellos recuerdos que no están disponibles en el momento, pero que somos capaces de traer a la cosnciencia. Actualmente, nadie tiene problemas con estas dos capas de la mente, aunque Freud sugirió que las mismas constituían solo pequeñas partes de la misma. La parte más grande estaba formada por el inconsciente e incluía todas aquellas cosas que no son accesibles a nuestra consciencia, incluyendo muchas que se habían originado allí, tales como nuestros impulsos o instintos, así como otras que no podíamos tolerar en nuestra mente consciente, tales como las emociones asociadas a los traumas. De acuerdo con Freud, el inconsciente es la fuente de nuestras motivaciones, ya sean simples deseos de comida o sexo, compulsiones neuróticas o los motivos de un artista o científico. Además, tenemos una tendencia a negar o resistir estas motivaciones de su percepción consciente, de manera que solo son observables de forma disfrazada. Y eso es más o menos lo que podemos encontrar en la obra: gracias a la utilización de la máscara, nos encontramos ante jóvenes que dejan a sus instintos más profundos al descubierto, porque se trataban de impulsos inherentes en el ser humano.

     Ahora bien, ¿quiere decir eso que nuestros instintos están basados en la barbarie? ¿La barbarie tiene cura? Según Aristóteles el ser humano nacía con la bondad inherente en él, pero sólo si convivía en sociedad bajo unas reglas determinadas, ¿quiere decir eso que un hombre en estado natural sería un bárbaro? En ese caso, ¿eso le convierte en un ser malvado? Muchas preguntas pueden llegar a amontonarse respecto a este tema, pero mucho me temo que, hasta que no encontremos solución a esos aspectos del ser humano, nunca podremos llegar a dilucidar si se trata exactamente de maldad o bondad. De momento, y para ir finalizando, mi opinión es que estos instintos no están sujetos a ningún tipo de ética o moralidad, sino que, simplemente, están sujetos al mero instinto de supervivencia.





sábado, 13 de octubre de 2012

#25

"Pecha-kucha"

     En esta presentación quería hablar sobre la manipulación que podemos ver, tanto en la novela de 1984 cómo en la vida de hoy en día. En la novela, vemos como los personajes son vigiliados constantemente por la telepantalla, una especie de televisión que no deja de retransmitir información pero que siempre oye y ve todos tus movimientos, incluso cuando duermes. Si detecta que tienes pensamientos oscuros hacia Ingsoc, el gran hermano, hace que te detengan y te lleven al Ministerio del Amor. Es decir, los medios de comunicación de entonces los controlan a todos. Y de eso, precisamente, es de lo que va mi presentación.

     Nos parece completamente descabellada la idea de vernos manipulados, pues más de una vez pensamos que nos llevamos por autonomía, que no dependemos de nada ni de nadie, es decir, no nos vemos influidos bajo las ideas de otros, pero, ¿realmente es así? Si lo pensamos durante un momento, a todos nosotros nos maipulan con la televisión, empezando por los anuncios tanto cómo por las noticias. Los anuncios nos dicen siempre QUÉ necesitamos cuando tal vez nunca nos lo hayamos planteado, porque nos venden sus productos haciendo que los necesitemos, normalmente por capricho. Véase los anuncios de perfume o de ropa, nos dicen que seremos más atractivos, que seduciremos más, que llamaremos más la atención, etc. Obviamente, la mayoría de las veces, al comprarnos ese producto no notamos que las masas nos adoren cual Adonis, pero sí que, al mínimo cambio, tenemos tendecia a achacarlo a la utilización de determinado objeto. 

     Las noticias son la principal fuente de manipulación, tanto en base a la propaganda (la cual se ve claramente en la novela) cómo a la fuente que la dice. Ninguna red social está exenta de esa manipulación, pues para bien o para mal, los que gobiernan el mundo buscan manipularnos de todas las formas posibles. Un ejemplo muy claro es la foto de dos soldados americanos dando de beber a un prisionero: en norteamérica se vendió la foto enseñando a un soldado dando agua un prisionero (parte izquierda), pero en el país del prisionero se enseñó la foto enseñando a otro soldado apuntándole en la cabeza (parte derecha). Si esa foto nunca hubiese llegado a la red, ¿quién sabría la verdad? Probablemente nadie, y los gobiernos lo hubieran utilizado para fines prácticos. Después de esto, ¿qué es lo que podemos encontrar cómo cierto en el mundo en general? ¿Cómo podemos saber que una información no ha podido ser modificada en base a las ideologías, gobiernos o ideas de esa zona en concreto? ¿A caso ya nos hemos acostumbrado a esta manipulación? Y lo más inquietante de todo, ¿podemos hacer algo para evitar ser manipulados?




#24

El señor de las moscas, págs. 66 - 67


     Sir William Golding fue un novelista y poeta británico, Premio Nobel de literatura, conocido especialmente por su obra El señor de las moscas.

     En este fragmento de El señor de las moscas, vemos cómo Piggy es juzgado por no haber tenido una lista con el nombre de todos los niños, pues se encuentran que probablemente hayan perdido a uno por el bosque. Ralph se enfada porque se da cuenta que no le hacen caso, o no hacen exactamente lo que él dice. Piggy acaba sufriendo un ataque de asma ante la mirada atónita de los niños, para después empezar a prenderse fuego la isla.

     En este caso, se trata de un fragmento que podríamos identificar en las partes de una novela como el nudo, pues ya se nos ha desarrollado la introducción y, cómo es obvio, no hemos llegado al desenlace. Aquí ocurre la mayor parte de la acción, pues es cuando se empieza a ver la degeneración de la sociedad a medida que va avanzando la novela.

     En este fragmento, creo que el tema versa más sobre la distopía, a causa de que quieren llegar todos a un mismo fin, pero acaba por aparecer la maldad inherente en el ser humano.

      Podemos ir encontrando rasgos de prosopografía, ya que se nos descirbe ligeramente el aspecto físico del niño de la mancha en la cara, y a parte, nos señala algunas condiciones de Piggy, y vemos, también, algunos rasgos de etopeya, pues se nos muestra la moral en Ralph al enfadarse por no tener un recuento, y en Piggy por sentir culpa y presión social. Vemos que está escrito de una forma yuxtapuesta, pues consigue llegar a nuestra sensibilidad y ponernos en el lugar de Piggy, incluso contagiarnos esa atmósfera tan tétrica que se vive junto a la hoguera. 

     Cómo estructura externa podemos localizar las diferentes partes en que se desrrolla la conversación de Piggy y Ralph ante la antenta mirada de los niños. Vemos cómo a medida que se va desarrollando el conflicto, la actiutd de los emisores y de los recpetores va variando y, incluso, podemos desgranar las escenas de una forma más o menos cronológica, respecto al primer uso práctico de razón, hasta el caos que se provoca gracias a la afirmación de Piggy. Algo parecido sucede en la estructura interna: a pesar de que el fragmento no está dividido en párrafos, sí que, por el contrario, podemos localizar una progresión en la actitud de las emisores (Ralph y Piggy) y los receptores (que serían los niños más pequeños). La actiud del autor, en este caso, nos hace sentir empatía ante el enfado de Raph gracias a la actitud irresponsable de Piggy, pero, al mismo tiempo, sentir cierto desasosiego ante la gran culpa que siente el otro por el hecho de no haber contabilizado a los niños, o al menos, haber hecho algo para manterlos bajo control.

     En este texto, vemos como el narrador es omnisciente en tercera persona, pues está en todas partes y lo sabe todo, pero, así mismo, también se centra en los niños protgonistas de la historia: Ralph, Piggy y Jack. A pesar de todo, nos mantiene informados de lo que hacen los otros niños, cómo se ve más a delante en la obra, al ponernos al corriente de lo que le ocurre a Simon mientras va a buscar respuestas al monte y quitarle el sentido sobrenatural a la figura de la "fiera", pues realmente se trata de un paracaidísta muerto. 

     El tiempo externo es difícil de averiguar, pues el autor no nos explica demasiado lo qué ocurre, pero podría tratarse sobre la Segunda Guerra Mundial, ya que Inglaterra se encontraba bajo el bombardeo de los almanes. El tiempo interno es corto, pero aún así basta para que se desarrollen unas escenas macábras y horribles, que incluso los mismos niños lloran al final por la pérdida de su inocencia. El tiempo de la obra es básicamente cronológico, no hay saltos temporales, y las veces que recuerdan algo son saltos tan cortos, que realmente no nos pueden poner en situación. 

     Cómo rasgos del texto, podemos encontrar, en la línea 6 un epíteto a causa de que describe cómo se encuentran los labios de Ralph, también vemos cómo nos da un exceso de infromación al decirnos que se mojó sus labios, pues es difícil que pudiera hacerlo con los de alguien más. En la línea 14 y 15 vemos cómo el simbolismo de la caracola hace acto de presencia, pues Ralph le arrebata la caracola a Piggy (símbolo de control) para que deje de hablar. En la línea 30 vemos un símil, porque al recubrirse el árbol en llamas, nos lo compara con una bomba. Y, por último, en las líneas 35 y 36 vemos una metáfora y una prosopopeya, pues da lugar a la obtención de cualidades humanas (el "yacer") al Sol.

     En este fragmento hemos podido encontrar una cantidad inmesa de objetos literarios, tanto para dar más fuerza a las palabras que los acompañan cómo para llegarnos a afectar intelectualmente. Se trata de una obra muy interesante que pretende hacernos preguntar si en nosotros existe ya el mal inherente, utilizando el ejemplo de unos niños perdidos en una isla. Es una novela cruda y dura, con la posibilidad de ser perfectamente real, lo cual tendría que hacernos preguntar si, en vez de estar yendo hacia la sociedad útopica que todos (más o menos) ansiamos, nos estamos acercando a una distopía que sólo se controla bajo la utilización de máscaras, para mantener los verdaderos instintos y sentimientos humanos bajo control.






    

    

domingo, 7 de octubre de 2012

#23

Reflexión sobre la violencia





     En la película de The Wall, junto a las demás obras distópicas que hemos leído hasta ahora, podemos ver que la utilización o aparición de la violencia es más que recurrente. El punto de vista respecto a la muerte varía dependiendo de la obra o situación en que se encuentran los protagonistas, por ejemplo, en el caso del Grenouille se trata más de una especie de liberación que no de una muerte no buscada, mientras que en el caso de Piggy y Simon es más bien un castigo, pero que, así mismo, les exime de vivir las atrocidades que tiene que vivir Ralph. La violencia, en todos los casos, se usa más bien cómo un arma contra la opresión o para magnificar el mal inherente en el ser humano.